lunes, 12 de junio de 2023

Siempre



Siempre que nos olvidamos del amor, del perdón, del servicio, de la misericordia que es el corazón del cristianismo y lo sustituimos por el cumplimiento de reglas y normas (leer la Biblia, ir al culto, abstención de ciertas cosas) el cristianismo sería más fácil y perdería su esencia. El cristianismo siempre se ha constituido mucho más en hacer cosas que abstenerse en hacer cosas. Si la religiosidad de una persona, no la mueve a ayudar a los que están en necesidad su religión no merece tal nombre. La gente importa más que los sistemas y las personas son más importantes que el ritual. La mejor manera de honrar a Dios, es ayudar a nuestros semejantes.

“El árbitro final acerca de todo el uso de las cosas, es el amor y no la Ley”. La mejor manera de consagrarle cosas a Dios, es usándolas para ayudar a las necesidades. Desgraciadamente puede que una iglesia esté más preocupada por la solemnidad de su ritual que de ayudar a los humildes y aliviar a los pobres.

Matthew Henry´s Commentary