Tu
vida puede ir por muchos caminos diferentes.
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Algunos caminos obviamente son equivocados y llevan a lugares muy malos.
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Algunos caminos parecen ser pero todavía siguen siendo equivocados (Prov.
14:12).
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Algunos caminos son correctos por un tiempo, hasta que el sendero se bifurca y
una mala elección te aleja de Dios.
Si
tu corazón desea estar en el ca
mino correcto, tus orejas se pararán un poquito
cuando escuches, “Me guía por senderos de justicia” (Salmo 23:3). Dios mismo
está muy interesado en que te encuentres en el camino que produce justicia
(Salmo 23:3) nos dice que los pasos de un buen hombre son ordenados por el
Señor. ¿No te alegra que la sumisión a Dios te mantendrá en la dirección
correcta? "¡Yo quiero eso!” dirás. “¿Cómo me pongo en el camino correcto?”
Primero,
la Palabra de Dios ilumina tu camino; te da dirección. Promete ser un faro para
ti en lugares realmente oscuros. ¿La lees con regularidad? No te alejarás mucho
de la voluntad de Dios si vas a la Palabra de Dios cada día (Salmo 119:105).
Segundo,
el consejo piadoso te ayudará a discernir el camino correcto. Pregúntale a
personas sabias – personas espiritualmente maduras a las que respetes – qué
dirección tomar. Pero, ¿Qué pasa si me dicen que haga algo que no quiero hacer?
Proverbios 12:15 dice, “El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el
que escucha consejos es sabio.”
Tercero,
Filipenses 2:13 revela que Dios obra en nosotros por medio de su Espíritu. Pero
si no estamos leyendo la Palabra de Dios ni buscamos el consejo piadoso, no
estamos dándole mucho con qué trabajar al Espíritu. Dios no nos va a decir algo
que sea contrario a su Palabra. Cuando los tres nos sincronizamos, podemos
decir desde nuestro corazón, “me guía por senderos de justicia". Entonces,
aplicando lo que leemos, "Pongámonos en el camino que lleva a la justicia"
y nuestra vida cambiará.
Adaptado