martes, 31 de diciembre de 2019

La Resurrección en la predicación de los apóstoles



 «San Pablo predicando en Atenas» (1515), obra de Rafael Sanzio (1483-1520). 
Royal Collection of the United Kingdom. 


A los atenienses, que creían en la «inmortalidad del alma», Pablo de Tarso les predica en el Aerópago la «resurrección de los muertos».

Desde el día de Pentecostés, la resurrección se torna en el centro de la predicación apostólica porque, según los discípulos de Jesús, se revela en la resurrección el objeto fundamental de la fe cristiana (Hechos 2:22-32) Se trata del testimonio que los apóstoles tributan a hechos que aseguran haber visto: que Jesús fue crucificado y murió; pero Dios lo resucitó. En correspondencia con lo anterior anuncian que, al igual que sucedió con Jesús de Nazaret, la vida de los hombres no termina con la muerte. Tal es la predicación de Simón Pedro a los judíos (Hechos 3:1-15) y el testimonio de Simón Pedro y de Juan el Apóstol ante el Gran Sanedrín (Hechos 4:1-13) Así también es la enseñanza de Pablo de Tarsoa los judíos (Hechos 13:23-33, Hechos 17:1-3) y su confesión delante de sus jueces (Hechos 23:6) La predicación de Pablo a los atenienses también se centra en la resurrección, aunque por ello sufra el rechazo por parte de la mayoría de los griegos (Hechos 17:22-34) Para los apóstoles, todas estas predicaciones no son otra cosa que el contenido de la experiencia pascual de Jesús de Nazaret, que sucedió de conformidad con lo previsto por las Escrituras (1 Corintios 15:3-10)

El tema de la resurrección en la tradición judía

En la época de Jesús de Nazarteth, los judíos creían en buena medida en la futura resurrección de los muertos al final de los tiempos, aunque se diferenciaban actitudes variadas y era tema de debate (Mateo 22:23-33). En efecto, tanto los fariseos como los esenios sostenían su firme apoyo a la otra vida, mientras que los saduceos la negaban. 

Merced a la reciente publicación de fragmentos de los rollos disponibles de la década de 1950, está claro que la esperanza y la creencia por parte de los esenios en una vida después de la muerte y en la resurrección están explícitas en algunos manuscritos del Mar Muerto encontrados en las cuevas de Qumrán El Nuevo Testamento y el historiador judío Flavio Josefo amplían el número de alusiones a la resurrección considerablemente. A los manuscritos de la época, se puede añadir otro tipo de pruebas, como la epigrafía. Existen numerosos epitafios en tumbas judías de la época que evidencian la creencia ya asentada en la resurrección de los muertos. 

Como derivó desde fuentes judáicas, hay que señalar que el Judaísmo también tiene como principio de fe la Resurrección de los muertos. Una famosa autoridad Judía, Maimónides, indicó trece principios de la fe judía, y la Resurrección es uno de ellos, impreso en el libro de oraciones rabínicas hasta ahora. Es el principio décimo tercero y señala: Creo con fe sincera que los muertos resucitarán, cuando Dios (sea bendito), lo desee. Sea el Nombre (de Dios) bendito, y Su recuerdo se eleve por los siglos de los siglos".

La resurrección y los mitos: Opiniones en los siglos XIX y XX.

Quienes rechazaron o rechazan que Jesús sea un personaje histórico, niegan asimismo la resurrección. Charles Francois Dipuis1742–1809), quien se opuso por completo a la historicidad de Jesús, sostuvo que las escrituras judías y cristianas se pueden interpretar de acuerdo con el «patrón de la energía solar»: la caída del hombre en el Génesis sería una alegoría de las dificultades causadas por el invierno, y la resurrección de Jesús representaría el crecimiento de la fuerza del sol en el signo de Aries en el equinoccio de primavera.

James George Frazer, autor de "Golden Bough".
El tema de «los dioses que mueren y resucitan» se suele asociar con el análisis de James George Frazer, en su obra « La Rama dorada» («Golden Bough: A Study in Magic and Religion», publicado por primera vez en 1890). El libro gira en torno a la idea de que, en el núcleo de las religiones, existe un mito –ritual promulgado– de un dios real que encarna el poder de la fertilidad, que muere al año y –a continuación– resucita como el grano para reinar de nuevo. Si bien este sistema de «mito-ritual» estaría representado particularmente por dioses como Atis, Adonis y Osiris, Frazer consideró que es general a todas las religiones y, aunque no hizo referencia directa a los relatos de la muerte y resurrección de Jesús, fue tomado como antecedente por todos aquéllos que lo consideraron un mito. Casi nadie pone en tela de juicio que los cultos naturistas del Antiguo Oriente asignaban una posición de importancia al mito de un dios muerto y resucitado, que parecía no ser otra cosa que una traducción dramática de la experiencia que viven los hombres: la del resurgir de la vida en primavera, después del tono melancólico del otoño, y de la angustia del invierno. Osiris en Egipto, Tammuz en la Mesopotamia asiática, Baalen Canaán, eran dioses de este género. El debate se centra en el presunto influjo o no de los mitos antiguos sobre los documentos neotestamentarios referidos a Jesús resucitado. 

Mientras que, como se verá a continuación, algunos ateos, agnósticos o creyentes en otras religiones sugieren la influencias de los mitos antiguos en los relatos de Jesús resucitado, los cristianos en general sostienen la ausencia de cualquier proyección de los relatos mitológicos sobre la resurrección de Jesús a la que reconocen, no sólo como hecho real, sino como hecho central de la historia de la Humanidad: el retorno de toda la creación a Dios, por medio de Jesucristo.

Wikipedia

viernes, 29 de noviembre de 2019

La muerte de los apóstoles



1.
Mateo: Sufrió el martirio en Etiopía, asesinado con una espada.

2. Marcos: Murió arrastrado por caballos por las calles de Alejandría, Egipto.

3. Lucas: Ahorcado en Grecia después de su tremenda predicación a los perdidos.

4. Juan: Fue metido a una vasija de aceite hirviendo en Roma y milagrosamente no murió. Estuvo preso en las minas de la isla de Patmos. Allí escribió Apocalipsis. Fue liberado y viajó a Turquía sirviendo como obispo de Edesa. Fue el único apóstol en morir pacíficamente, anciano.

5. Pedro: Fue crucificado boca abajo en una cruz, porque le dijo a sus torturadores que se sentía indigno de morir de la misma manera que Jesucristo.

6. Santiago: El líder de la iglesia en Jerusalén, fue arrojado del pináculo sureste del templo a más de 30 ms. cuando se negó a negar su fe en Cristo. Sus enemigos, al ver que no murió en la caída, lo golpearon hasta la muerte. (Ese pináculo fue el mismo donde Satanás llevó a Jesús durante la Tentación).

7. Santiago, hijo de Zebedeo: Como era un fuerte líder de la iglesia, fue decapitado. El oficial romano que lo custodiaba en el juicio miraba sorprendido como Santiago defendía su fe. Condenado Santiago a ser decapitado, fue llevado por este oficial al lugar de ejecución. Vencido por convicción, el oficial declaró su nueva fe al juez y se arrodilló junto a Santiago para aceptar la decapitación como cristiano.

8. Bartolomé: Conocido como Nathaniel, fue misionero en Asia. Testigo de nuestro Señor en la Turquía actual. En Armenia, fue azotado a latigazos, por predicar.

9. Andrés: En Patras, Grecia. Después de ser azotado severamente por 7 soldados fue crucificado y puesto en la cruz con cuerdas para prolongar su agonía. Siguió predicando a sus verdugos durante 2 días hasta que murió.

10. Tomás: Fue atravezado con una lanza (empalado) en India durante uno de sus viajes misioneros para establecer la iglesia en el subcontinente.

11. Judas: (No Iscariote) Fue asesinado con flechas cuando se negó a negar su fe.

12. Matías, elegido para reemplazar a Judas, fue apedreado y decapitado.

13. Pablo: Torturado y luego decapitado por Nerón en Roma, año 67. Sufrió un largo encarcelamiento, donde escribió sus muchas epístolas a las iglesias que formó.

Bibliografía:
La Blibia.
Tito Flavio Josefo (Jerusalén, c. 37-c. 100). Historiador judío fariseo, descendiente de una familia de sacerdotes. Hombre de acción, estadista y diplomático.
Dorman Newman, historiador religioso siglo xv.
David Snell “How Did Each of the Original Twelve Apostles Die?”

viernes, 25 de octubre de 2019

El verdadero Halloween

Año Nuevo de los Celtas


El 31 de octubre es el día más importante en el año satánico. Marca el Año Nuevo de los Celtas, antiguo pueblo de Gran Bretaña. En esta fecha terminaba la época de las cosechas. Ellos tenían las siguientes creencias: hasta el 31de octubre reinaba Baal, dios celta de la primavera y el verano. Desde el 1º de Noviembre reinaba Sanhaim, el dios de la muerte. El 31 de octubre de noche, era un intervalo entre los dos reinados. Las barreras entre lo natural y lo sobrenatural dejaban de existir y los muertos aprovechaban para deambular por el mundo de los vivos, a veces interfiriendo violentamente sus asuntos. Por este motivo el festival del 31 de octubre era considerado el "Festival de la Muerte". De ahí también los colores de esta festividad: el naranja representa al otoño, y el negro, representa a la muerte. En este día, el dios de los celtas llamaba a los espíritus de los malvados que habían muerto en ese año. Al mismo tiempo, otros espíritus recorrían los campos atacando a las personas. La noche del 31 de Octubre, era una noche de horror para el pueblo celta: podían ser atacados por fantasmas, malos espíritus y demonios, y por los mismos sacerdotes druidas. Era el momento de los sacrificios humanos. Hombres, mujeres, ancianos y niños eran llevados a la fuerza y encerrados en grandes cajones de madera y paja. Allí los sacerdotes les prendían fuego. Luego de estos sacrificios, los sacerdotes tenían una comida de acción de gracias, junto a las cenizas.

Los Druidas
Los celtas tenían sacerdotes satánicos, llamados Druidas. Los druidas existían en Gran Bretaña, Roma y Grecia. El 31 de Octubre los Druidas iban de casa en casa, demandando ciertas comidas, y aquellos que se las negaban eran maldecidos. Se atormentaba a la gente mediante la práctica de magias. En sus recorridas, los Druidas llevaban grandes nabos que habían sido previamente vaciados y tallados con formas de caras y emblemas satánicos. Se creía que cada nabo contenía al espíritu del demonio que dirigía o guiaba personalmente al sacerdote, era su pequeño dios. Se usaban vestimentas para ocultar la identidad del druida que amenazaba a la gente con maldiciones, si no le daban la comida que requería.

Adivinación
Los que practicaban la adivinación sabían que esta era la noche en que tenían más éxito. Invocaban a Satanás para que los ayudara en sus esfuerzos. Una de las formas de adivinación era poner manzanas en un tubo y lograr hacerlas entrar en sus bocas, sin morderlas. El primero que lo lograba, tendría buena suerte ese año. Luego pelaban la manzana y tiraban la cáscara por sobre el hombro y se daban vuelta enseguida para mirar alrededor. Esperaban ver una visión o la aparición de la persona con quien se iban a casar.

Sacrificios
Estas cosas ocurrían ya varios siglos antes de Cristo. Se hacían sacrificios a los dioses, especialmente al dios de la muerte. Los sacrificios eran de todo tipo, desde vegetales hasta de seres humanos. Esto se siguió practicando durante siglos, en algunos lugares hasta el día de hoy.

Siglo VIII
En el siglo octavo el Papa Gregorio III en un esfuerzo por que la gente dejara de realizar este festival al dios de la muerte, trasladó el Día de Todos los Santos del 13 de Mayo al 1º de Noviembre. El Día de Todos los Santos honraba a los mártires de la persecución de Roma. Pero no funcionó. Nunca sirve cristianizar una festividad pagana. Lo santo y lo pagano no se mezclan!

El nombre
El nombre Halloween proviene del hecho mencionado anteriormente. Todos los Santos en inglés era "All Hallow", o "all holy". Con el tiempo se le agregó la terminación "en", una abreviatura de "evening", que significa anochecer, momento en que comienza la festividad. De allí el nombre "Halloween".

La Edad Media
En la Edad Media hubo un gran resurgimiento de prácticas satánicas, brujerías y magia, tal como está ocurriendo hoy en día. Durante este tiempo surgió la creencia de que las brujas viajaban en escobas a los "sábados negros" (el aporte de las brujas cada 31 de Octubre), a adorar a Satanás. Eran guiadas por espíritus, muchas veces en forma de gatos negros. Los Druidas adoraban a los gatos, en la creencia que eran la encarnación de seres humanos malos.

La festividad llegó a América
América del Norte desde su colonización fue declarada una tierra donde se respetaría todas las creencias religiosas. Esto abría las puertas para que las fiestas de los druidas fueran implantadas allí. Sin embargo no fue hasta 1848, cuando debido a una gran hambruna que sobrevino en Irlanda, y millones de irlandeses emigraron a Norteamérica, que esta costumbre se implantó en el
Nuevo Mundo. Los irlandeses trajeron con ellos las festividades Druidas. En América encontraron un elemento que no tenían en el Viejo Mundo y lo incorporaron a las festividades: las calabazas. Las vaciaban y convertían en linternas, con velas adentro, con las que iluminaban sus reuniones. Una práctica que sigue hasta hoy.

La iglesia se involucra
Este festival de muerte ha sobrevivido a todos los esfuerzos cristianos de desterrarla. Es una festividad que siempre fue de naturaleza satánica. Satanás ha seducido a los cristianos a unirse en esta celebración. Hoy está tan difundida y encubierto su verdadero origen, que los padres no se dan cuenta de lo que simboliza que sus hijos salgan a pedir comida (golosinas), y los disfraces, las calabazas talladas y todos los demás adornos de esta celebración pagana. El 31 de Octubre es el día que esperan todos los satanistas y ocultistas del mundo entero para dar honor a Satanás y para orarle a él pidiendo la caída de la Iglesia de Cristo Jesús y la destrucción de las familias. Es la noche del sacrificio humano a Satanás. Es el mejor día del año para Satanás. No es un día de una celebración inofensiva!!!

Halloween moderno
Veamos ahora a la celebración actual del Halloween. ¿No es toda una temática de tinieblas, muerte, miedo, amenazas, destrucción y mal? Hay brujas, palos de escoba, murciélagos, lechuzas, esqueletos, muerte y monstruos. Hay países (cada vez más) en que a los niños se los disfrazan de demonios, brujas, fantasmas y salen a la calle cuando ya está oscuro, a repetir los que hacían los Druidas: pedir comida, solo que ahora piden golosinas y en vez de maldiciones, amenazan con travesuras. En Halloween habrá adivinación, casa encantadas, velas prendidas e invocación a espíritus. Habrá sacrificio de perros, gatos, ratas, gallinas, cabras y hasta  seres humanos! Podemos pensar: " no es para tomarlo tan en serio". Pero el maligno lo hace y también Dios lo toma en serio.

¿Qué dice la Biblia?
En Jeremías 10:2 leemos: "No aprendáis el camino de las gentes". ¿Debería una persona que desea agradar a Dios dedicar su tiempo y apoyo a celebraciones como esta? ¿Debería permitir que sus hijos participen en las actividades populares relacionadas con este festival pagano. ¿Dónde está el énfasis? ¿Estamos desarrollando los frutos del espíritu o permitimos que ocasiones como esta nos hagan desarrollar una tendencia a la idolatría, enemistad, lucha, celos, enojos y egoísmo (Gál. 5:19-23).? ¿Promueven el amor a Dios y a su Hijo, Jesús, o nos involucra con demonios, brujerías, y una cantidad de otras actividades que están específicamente condenadas en la Biblia?

Halloween nunca ha sido una festividad cristiana y no tiene lugar en la vida de un creyente que ha nacido de nuevo en Cristo Jesús. En realidad, es una abominación al Señor, y debemos tomar una posición firme en contra de la fiesta y todo lo que ella encierra. Vemos que su historia es netamente pagana, y la expresión moderna también lo es.

Referencias bíblicas
Oseas 4:6; Deuteronomio 18:9-14; Santiago 1:27;  Filipenses 4:8;
Deuteronomio 7:25-26; 1Tesalonicenses 5:21-23;  1 Corintios 10:19-23



sábado, 28 de septiembre de 2019

Famoso ateo acepta la existencia de Dios

Para todos aquellos que de una u otra manera están en contacto directo con algún ateo, quiero compartirles este valioso artículo acerca del cambio de mentalidad que sufrió uno de los ateos más notorios del mundo.

Agradezco a Melvin Rivera -Secretario para las Américas de las Sociedades Bíblicas Unidas- por haberme dado luz verde para publicar su artículo en mi blog. ¡Gracias Melvin! Helo aquí:

Anthony Flew
Libro de Famoso ateo Aceptando la existencia de Dios provoca controversia

Por Melvin Rivera

El libro reciente de un famoso ex- ateo británico ha creado una gran controversia en la blogosfera. El libro se llama “There Is a God: How the World’s Most Notorious Atheist Changed His Mind (Hay un Dios: Cómo el ateo más notorio del mundo cambió su mente)” por Antony Flew y Roy Varghese, publicado el mes pasado por Harper One.

Cómo cambió de opinión

El filósofo británico Anthony Flew es quizás el ateo más conocido de su generación. Si usted ha estado en una clase de filosofía en la Universidad donde el profesor quiere demostrar la falsedad de la existencia de Dios posiblemente citó a Flew. Él ha sido catalogado como el filósofo ateo más influyente del mundo. Curiosamente vive en la ciudad de Reading, en Inglaterra, donde está localizada la sede mundial de las Sociedades Bíblicas Unidas y a donde viajó por lo menos tres veces al año para reuniones.

Cuando se dio la noticia de su cambio hace unos años muchos no lo podían creer. El 9 de Diciembre de 2004 anunció a Prensa Asociada que ahora cree en la existencia de Dios. Basado sobre su propia investigación científica y académica, Flew expresó que la ciencia apunta a un diseñador inteligente del universo.

Según Flew la evidencia de la investigación del ADN le convenció que la estructura genética de la vida biológica es muy compleja para haber evolucionado completamente por sí misma. Dijo además que la teoría Darwiniana explica mucho, pero no puede explicar cómo comenzó la vida.

Antony Flew fue uno de los máximos exponentes del ateísmo en el mundo. Su famoso discurso “Theology and Falsification” (Teología y falsificación) se convirtió en la publicación filosófica más reimpresa en las últimas cinco décadas. Este discurso fue presentado en una reunión en el Oxford Socratic Club (El Club Socrático de la Universidad Oxford, en Inglaterra) que fue presidido por el conocido escritor cristiano C. S. Lewis.

La reacción de sus colegas

Un artículo de Mark Oppenheimer titulado “The Turning of an Atheist (”El cambio de un ateo”), publicado en noviembre 4 en el New York Times, ha generado discusiones en la blogosfera y una respuesta apasionada del editor.

Oppenheimer caracteriza a Flew como un viejo hombre senil que es manipulado y explotado por los cristianos evangélicos para sus propios propósitos. En el libro Flew no se declara un cristiano, sino que ahora admite la creencia en “una inteligencia que explica nuestra propia existencia y la del mundo.”

“Estuvimos bastante trastornados y frustrados por este escrito” (de Oppenheimer), dijo Mark Tauber, editor de Harper One. “Una cosa es reseñar, preguntar y discutir las ideas de un libro, pero Oppenheimer no lo hizo, sino que atacó la integridad nuestra y la de nuestro autor. “Parece que él vio esto como oportunidad para hacerse un nombre.”

“Flew, de 84 años de edad, tiene una condición conocida como afasia nominal” (que afecta la capacidad para recordar nombres), dijo Tauber. “Oppenheimer tomó ese hecho y saltó de allí a senilidad y después implicó que Flew no escribió el libro”. Tauber precisó que escribir bajo la firma de otro es una práctica ubicua en publicaciones. También dijo que Flew había repasado a fondo el manuscrito y había firmado como que este escrito representaba exactamente sus opiniones.

Harper One lanzó una declaración de Flew:

“Mi nombre está en el libro y representa exactamente mis opiniones. No permitiré que se publique un libro con mi nombre con el cual no estoy cien por ciento de acuerdo. Necesité que alguien lo escribiera porque tengo 84 años. Ese fue el papel de Roy Varghese. La idea que alguien me manipuló porque soy viejo es exactamente incorrecta. Puedo ser viejo, pero es difícil que alguien me manipule. Éste es mi libro y representa mi pensamiento.”

Compilado


jueves, 15 de agosto de 2019

Amar a un ser humano



Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la vida.

Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.

Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tú formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados obscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es amarte a tí mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.

Compilado







Los primeros judíos en México


"El mundo se divide en dos grupos de naciones: las que quieren expulsar a los judíos y las que no quieren recibirlos." --- Chaim Weizmann

Pretender divorciar el descubrimiento de América con la expulsión de los judíos de España, resulta humana e históricamente un acto voluntario de ceguera. Invidencia que se manifiesta en la mayoría de los escritores que abordan el tema; desglosando hasta lo infinito la presencia hispana en América y olvidando de manera irracional e incomprensible el asunto de la expulsión y sus consecuencias.

Lo uno no puede narrarse sin tomar como antecedente lo otro. El binomio causa-efecto es indivisible en el descubrimiento del nuevo continente. ¿Colón hubiese contado con los recursos de no haberse publicado el edicto? ¿Los hebreos peninsulares (ricos e influyentes) hubieran apoyado a Colón en cualquier circunstancia?  Cierto es que no podemos olvidar -si queremos ser objetivos- que Colón se vio favorecido en su empresa por la desgracia acontecida a sus hermanos españoles.

El arrojo del navegante contagió a varios judíos conversos, quienes encontraron en los sueños de Colón una manera de olvidar la pesadilla que estaban viviendo en España, y que, además, de resultar cierta su teoría, podrían ingresar a una nueva etapa de mejoría económica (tan ausente por aquellas tierras).

No deja de sorprender al hombre del siglo XX, el arrojo de los marinos que acompañaron a Colón en la empresa. Navegar hacia lo desconocido, sin ruta definida, ni tiempo conocido de travesía, debió de ser todo un reto en el que se jugó el todo por una quimera. Hoy día serían pocas las personas que se atrevieran a realizar el viaje en idénticas condiciones; con cuanta mayor razón se aprecia la valentía de Colón y su tripulación.

Ha quedado establecido y comprobado que entre los marinos y acompañantes de Colón, cuando menos una media docena era de origen judío, resaltando la figura de Luis de Torres, intérprete del grupo, de quien escribiera el P. Las Casas: "...que había vivido, con el adelantado de Murcia y había sido judío y sabía hebraico y caldeo", de lo que se desprende que Torres era un judío culto.

Otro de los judeo-conversos que acompañaron a Colón en el primer viaje, fue el médico de la expedición, conocido como el "Maestro" Berna!. Integraban además el grupo, Rodrigo de Triana (quien viera tierra americana por primera vez), el cirujano Marco y Alonso de la Calle,  Rodrigo Sánchez de Segovia y tal vez algunos otros más, llegando a sumar la cantidad de 86 conversos los que acompañaron al almirante en sus cuatro viajes,  de los cuales algunos regresaron a la península sólo a animar a otros judíos a venir a las nuevas tierras de conquista. Proposición que por supuesto fue aceptada en miles de casos, dado el hostigamiento de que eran objeto por los compañeros de su nueva religión.

Durante las travesías de Colón, los conversos tuvieron toda la libertad para viajar al llama-do "Nuevo Mundo", incluso, en el año de 1509, la llamada "Composición de Sevilla", autorizaba (entre otras cosas) a los conversos y penitenciados para viajar y comerciar en Indias."

Tibias e inaplicables leyes comenzaron a prohibir el viaje de "judíos, moros o conversos" a la Nueva España y en general a las mal llamadas "Indias". A pesar de tales prohibiciones judíos y conversos logran llegar al nuevo continente, no siendo sino hasta el 15 de septiembre de 1522, que el Emperador Carlos V prohíbe tajantemente en Valladolid, que "...ninguno nuevamente convertido a Nuestra Santa Fe Católica de Moro o Judío, ni sus hijos puedan pasar a las Indias sin expresa licencia nuestra". Y no quedó allí el asunto, sino que señalaba además: "...Hijos de judíos, residen en las Indias, y en cualquier parte, echen de ellas a los que hallaren, enviándolos a estos Reynos en los primeros Navíos que vengan, y en ningún caso queden en aquellas provincias."

Afortunadamente para este tiempo, miles de familias de conversos habían encontrado un refugio más o menos seguro en la Nueva España y en algunas islas. Además, la añeja corrupción española había hecho de las licencias de viaje, como apunta atinadamente Gojman,  una lucrativa profesión para cierta élite de funcionarios de la corona.
En la medida que los monarcas endurecían su posición, los precios de los pasaportes (llama-dos "licencias") para los conversos subían de precio, pero la corriente migratoria no se detenía, cuando mucho se reducía.

Resulta aberrante que todavía en septiembre de 1802, el Rey de España por conducto del Supremo Consejo de la Santa y General Inquisición, ordenara a las autoridades del "Nuevo Mundo", que "...no se permitiera saltar en tierra a los judíos, ni internarse en ninguno de los dominios de España."

Claro está que durante este largo período de tiempo, las cosas para los conversos tomaron caminos insospechados, lográndose al paso de los siglos una asimilación lenta y dolorosa. Mientras esto llegaba a ocurrir, el flujo de los conversos a la Nueva España durante el siglo XVI no se detuvo sino por cortos períodos, y aun así no en forma total (como ya lo mencionamos).

Ciertas ciudades durante el siglo XVI, fueron en especial refugio para los "cristianos nue-vos", en un continente donde la "pureza de sangre" no tenía una obsesiva prioridad tal y como se le concedía en España. A no ser que se tratara de peninsulares vascos, quienes tenían dificultades con todos los demás hispanos, ya no se diga con los conversos.

Los vascos, según escribe Jonathan I. Israel, se ufanaban de su "limpieza de sangre", sosteniendo incluso que por sus venas no corría sangre romana, visigoda, mora o judía. Actitud que irritaba a los demás españoles sobre todo como menciona este autor "a los del sur de la península, los cuales, a pesar de tener la piel más oscura y la sangre muy mezclada con sangre extraña, y sobre todo latina y semítica, daban un extraordinario valor a la sangre «pura» y a la nobleza que supuestamente ésta confería."

México, Puebla, Oaxaca, Pachuca, Acapulco, Guadalajara, Mérida, Zacatecas, Sombrerete, Orizaba, Veracruz y Campeche, fueron las principales ciudades donde los conversos radicaron al principio, sintiendo tal libertad, que muy pronto formaron sus comunidades, las cuales aunque se mantuvieron en el secreto, su excesiva confianza atrajo sobre ellos -demasiado rápido- las garras inquisitoriales.

Tal es el caso de Gonzalo de Morales y Hernando Alonso, de quienes se ha llegado a considerar como los primeros hebreos que pisaron suelo mexicano. Para su mala suerte, también fueron los primeros en ser procesados (pertenecían a las huestes de Cortes y llegaron a la Nueva España en 1521). Estos conversos tuvieron la desgracia de ser denunciados bajo el cargo de "judaizantes" ante el inquisidor dominico, Fray Vicente de Santa María, quien sin miramientos endereza un proceso sumario contra estos infelices, muriendo consumidos por las llamas  en Santiago Tlatelolco. Sus insignias de penitenciados son colgadas en la iglesia mayor de la capital, como una muestra más del intolerante orgullo español, incapaz de reconocer su barbarie e ignorancia bíblica.

Uno de los testigos de semejante atrocidad, el señor Pedro Vázquez de Vergara, manifestó ante el Inquisidor Bonilla: “...Que a Hernando Alonso le quemaron porque tenía una ceremonia de judíos, prohibiendo a Isabel de Aguilar, su mujer, que no fuese á la iglesia estando en su regla, por guarda de la ley de Moisés."

Cierto o falso el cargo, la verdad es que aquel absurdo no era causa ni siquiera para ser considerada falta administrativa, mucho menos para merecer la hoguera.

Infortunadamente el fanatismo había entenebrecido las conciencias y el sano juicio de gobernantes y religiosos hispanos. El aquelarre religioso -para desgracia de judíos y protestan-tes- no sólo continuaría, sino que estaría presente en las tierras conquistadas hasta bien avanzado el siglo XIX; conservándose incluso hoy en día en algunas zonas de México. ¡La herencia de la intolerancia transmitida (tal vez, genéticamente) para desdicha y ruina espiritual de sus descendientes!

Por si faltara gravedad al asunto, poco tiempo después de la muerte de Hernando Alonso y Gonzalo de Morales, arriba a la Nueva España el "primer obispo y arzobispo" de México, el polémico Fray Juan de Zumárraga, quien además de ostentar tales nombramientos, desempeñó el cargo de "Inquisidor Apostólico" de 1536 a 1543. Año en que es reemplazado por Francisco Tello de Sandoval a consecuencia de una imprudencia política, ya que siendo tanto su celo y fanatismo religioso, en uno de tantos arrebatos ordena la quema de don Carlos, cacique de Texcoco.  Acción que la corona española desaprueba condenándole con la pérdida del cargo inquisitorial, debido a que su acción amenazó inútilmente la estabilidad política de la colonia.

En su momento, ya nos ocuparemos de la sangrienta figura de Zumárraga, mientras tanto, hemos de establecer el hecho de que a pesar de la persecución, la comunidad conversa continuaba creciendo. Está comprobado que para el año de 1550, la estirpe hebraica en México superaba el 25 por ciento de la población peninsular (radicada en la capital del virreinato), contando incluso con una comunidad bien formada bajo la dirección de un Gran Rabino.

Al respecto Alicia Gojman cita la obra, Los judíos a través de los siglos, cuyo autor afirma que la población conversa en la ciudad de México durante el siglo XVI, se integraba por unas 300 personas.

Volviendo a la colonia, y a pesar del continuo crecimiento de las comunidades en la Nueva España; muy lejos estaban de considerar aquellos cripto-judíos, cuan penosa jornada les esperaba en estas tierras. Habían abandonado su amada Sefarad buscando un refugio que les librara de la persecución. Habían dejado atrás; enterrado en suelo ibérico, sus seres más queridos, sus raíces. Decenas de generaciones aguardando en sepulcros hispanos el tan prometido y ansiado reino del Mesías y su retorno a Eretz Israel, ignorando intencionalmente (casi de manera ingenua), que el virus antisemita les había acompañado en su travesía hacia América; quizá aquellos con los que convivieron durante el viaje serían sus delatores, o los futuros padres de sus acusadores.

Además, las condiciones para que las comunidades pudieran realmente florecer no eran pro-picias. No era el caso de Italia o algunos otros países, que si bien les marginaron en el gueto, o les obligaron al humillante distintivo étnico; por otro lado les concedían la libertad de practicar su judaísmo; cuestión que terminantemente les era prohibido en la Nueva España ¡a pesar de ello...!

Compilado


miércoles, 31 de julio de 2019

Ateísmo



Negación de Dios.
 (Se diferencia del Agnosticismo.)

Referencia:

-  ¿Dios existe?
-  Argumentos por la existencia de Dios -Daniel Vicente
-  Ateismo en nuestro tiempo, Ignace Lepp.
-  De Karl Marx a Jesucristo, Ignace Lepp.
-  Man's Search for Ultimate Meaning - Viktor E. Frankl
-  Persona y Acción, Karol Wojtyla
Dios inconciente, Unconscious God, Victor Frankl, (Psiquiatra judío de la escuela vienesa, sobrevivió el campo de concentración Nazi)

"Se comienza no creyendo en nada y se acaba por creer cualquier cosa". -Chesterton

El término "ateísmo" se aplica a muy diferentes filosofías y creencias. A los primeros cristianos se les acusó de ser ateos por negarse a dar culto a los dioses.
El nombre de ateísmo abarca fenómenos muy diversos. Una forma frecuente del mismo es el materialismo práctico, que limita sus necesidades y sus ambiciones al espacio y al tiempo. El humanismo ateo considera falsamente que el hombre es "el fin de sí mismo, el artífice y demiurgo único de su propia historia". Otra forma del ateísmo contemporáneo espera la liberación del hombre de una liberación económica y social para la que "la religión, por su propia naturaleza, constituiría un obstáculo,  porque, al orientar la esperanza del hombre hacia una vida futura ilusoria, lo apartaría de la construcción de la ciudad terrena". -Catecismo #2124

El ateísmo puede ser práctico o teórico.

Siglo XVIII.  La negación total de la existencia de Dios es un fenómeno del ateísmo moderno que surgió en la civilización occidental con la Ilustración. (Movimiento filosófico y literario del siglo XVIII caracterizado por la extremada confianza en la capacidad de la razón natural para resolver, sin ayuda de Dios, todos los problemas de la vida humana). El hombre, deslumbrado por los avances en la ciencia y en el saber, pensó que no hay otra realidad sino la material.

Cambios masivos en la política y en la sociedad originados con la Revolución Francesa (1789) llevaron a un sentido de emancipación que rechaza la religión. La Iglesia era percibida como "reaccionaria". Los movimientos independentistas del continente americano en este siglo fueron profundamente influenciados por esta mentalidad.

Siglo XIX. El ateísmo filosófico produjo el "ateísmo humanista" (creencia en la capacidad y el valor del hombre sin Dios).

-Ludwig Fuerbach (m.1872): La conciencia humana es auto-conciencia y Dios no es más que la proyección de la especie humana.

-Karl Marx (m. 1883): La actividad fundamental del hombre es la sensual y esta florece en la práctica revolucionaria. La religión es el resultado de contradicciones en el mundo económico y social que deben ser destruídas por la revolución. De ese modo se eliminará a Dios que es una alienación. La filosofía de Marx inspiró las revoluciones comunistas que, comenzando por Rusia, han producido regímenes de terror en diversas partes del mundo.

-Friedrich Nietzche (m.1900): La realidad central del hombre es la ambición del poder. Dios es un factor que limita que el hombre se desarrolle en el Uber-mensch (super-hombre). Anunció la realidad cultural de la muerte de Dios: "La creencia en el Dios de los cristianos ya no es creíble". Al final del siglo XIX el ateísmo definía a Dios como "anti-humano".

Siglo XX.

-Sigmund Freud (m.1939):  Aunque técnicamente se consideraba agnóstico, también percibía al Dios providencial como una "proyección de edipo" de la debilidad humana que busca la figura del padre protector y amenazante.

Complejo de Edipo: En el psicoanálisis, inclinación sexual del hijo hacia el progenitor del sexo contrario, acompañado de hostilidad hacia el del mismo sexo. Refiriéndose a las niñas suele llamarse complejo de Electra.

Freud rechazó todo lo que no se pudiese someter al laboratorio. Sin embargo nunca se tomó el interés de investigar los milagros, por ejemplo, las curaciones acontecidas en el santuario de Lourdes. Prefirió rechazar estos milagros a pesar de que habían sido confirmados por respetables médicos. Quiso establecer sus teorías a espaldas de Dios y, lamentablemente, este prejuicio ha tenido una gran influencia en las ciencias sociales desde el siglo XX.

Los filósofos existenciales

-Jean-Paul Sartre (m.1980) perciben a Dios como una contradicción y una limitación intolerable a la auténtica libertad humana. Antes de morir se abre a Dios.

-Los positivistas dicen que todo lo que se diga sobre Dios es tontería.

En los últimos 300 años del milenio, ha ido creciendo vertiginosamente el número de los que se denominan ateos o agnósticos. Muchos otros, llevados por una total indiferencia, ni siquiera toman una posición ante Dios. Esta tendencia ha tenido profundo impacto en la cultura y ha engendrado lo que Juan Pablo II llama "la cultura de la muerte": la negación del valor intrínseco de la vida humana.
"Muchos de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión íntima y vital con Dios o la rechazan explícitamente, hasta tal punto que el ateísmo debe ser considerado entre los problemas más graves de esta época". -Catecismo # 2123

Posición de la Iglesia

Rechazar la existencia de Dios es un pecado contra el Primer Mandamiento. (Catecismo en #2123).
San Pablo encuentra culpabilidad en la posición atea: En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia; pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó.
    
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables;  porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. (Romanos 1,18-25) 

Catecismo de la Iglesia Católica sobre el ateísmo:

2125 En cuanto rechaza o niega la existencia de Dios, el ateísmo es un pecado contra la virtud de la religión. La imputabilidad de esta falta puede quedar ampliamente disminuida en virtud de las intenciones y de las circunstancias. En la génesis y difusión del ateísmo "puede corresponder a los creyentes una parte no pequeña; en cuanto que, por descuido en la educación para la fe, por una exposición falsificada de la doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social, puede decirse que han velado el verdadero rostro de Dios y de la religión, más que revelarlo".

2126 Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción falsa de la autonomía humana, llevada hasta el rechazo de toda dependencia respecto a Dios.  Sin embargo, "el reconocimiento de Dios no se opone en ningún modo a la dignidad del hombre, ya que esta dignidad se funda y se perfecciona en el mismo Dios". "La Iglesia sabe muy bien que su mensaje conecta con los deseos más profundos del corazón humano".

Los creyentes también somos culpables si damos mal ejemplo o falsificamos la doctrina.

Las Encíclicas sobre justicia social han condenado el ateísmo práctico de la explotación económica y la injusticia social. Esta enseñanza ha sido incorporada al Catecismo:

2424 Una teoría que hace del lucro la norma exclusiva y el fin último de la actividad económica es moralmente inaceptable. El apetito desordenado de dinero no deja de producir efectos perniciosos. Es una de las causas de los numerosos conflictos que perturban el orden social. Un sistema que "sacrifica los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción" es contrario a la dignidad del hombre. Toda práctica que reduce a las personas a no ser más que medios con vistas al lucro esclaviza al hombre, conduce a la idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo. "No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt:6:24; Lc.16: 13).

2425 La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al "comunismo" o "socialismo". Por otra parte, ha rechazado en la práctica del "capitalismo" el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano. La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque "existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado"[160]. Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.

El Concilio Vaticano II trata sobre ateísmo en La Constitución Dogmática; en La Iglesia en el Mundo Moderno #19-21. 
POSICIÓN CATÓLICA