Se podría definir la crisis
existencial como el período en la vida de un ser humano en el cual se
plantean serios cuestionamientos; referentes a las razones por las
cuales vale la pena vivir, qué motivaciones conducen sus actos y cuáles son
las bases en que se fomenta la propia existencia.
Esta definición se deriva
del existencialismo, controversial línea de pensamiento filosófico, en la que
se manifestaba que el conocimiento de la realidad estaba fundamentado en las
vivencias propias del individuo, y su realidad actual, proponiéndose indagar
sobre el real significado de la vida.
¿Cuáles son los síntomas que identifican una crisis existencial?
Las crisis existenciales
provocan en las personas que la padecen, cierta sintomatología que es
importante aprender a reconocer; para tomar las acciones correctivas y lidiar
de una manera asertiva con la situación.
Entre estos, tenemos los
siguientes:
Sensación permanente de
aburrimiento.
Falta de motivación para
realizar las actividades del día a día.
Sentimiento de
insatisfacción generalizada, aunque existan logros meritorios.
Anhelo de efectuar cambios
en la vida, que originen acontecimientos distintos y agradables.
Sensación de desconocimiento
consigo mismo.
Pretensión de propiciar
alteraciones a los hábitos adquiridos, en búsqueda de nuevas sensaciones.
Pensamientos que cuestionan
una o algunas de las vivencias ya pasadas.
Sensación de que aún faltan
muchas cosas por hacer, pero que no se pueden identificar.
Agotamiento emocional y
espiritual extremo, que ocasionan desgano y apatía.
Dudas sobre la idoneidad de
las decisiones que se han tomado, hasta el momento de la presentación de la
crisis existencial.
Cuestionamiento referente a
la profesión que se ejerce, la relación actual de pareja y en fin; de todo lo
que le rodea o que ha decidido tener.
Temor al futuro.
¿Cuáles son las causas que originan una crisis existencial?
Teniendo lo anteriormente
señalado como base, se podría entonces inferir que la crisis existencial es una
consecuencia directa de la duda existencial; en la que llegan a plantearse
preguntas del tipo:
¿Tiene sentido la vida?
¿Hay una razón para estar en el mundo?
¿Qué puedo hacer con mi vida?
¿Vale la pena vivir si igualmente moriremos?
¿Soy realmente feliz?
Este tipo de interrogantes,
llevan a la persona a sumergirse en un estado de profunda ansiedad, angustia y tristeza; al no poder darles unas
respuestas satisfactorias que le den sentido a su existencia y lo motiven a
vivir.
En la mayoría de las
ocasiones, las crisis existenciales se derivan de la imposibilidad de lograr
respuestas asertivas; referentes a la duda existencial o de comprender que las
posibles respuestas que se tenían, ya han perdido su vigencia o se han ido
desvaneciendo con el transcurrir del tiempo.
Es por esta razón que las
personas que están viviendo una crisis existencial, experimentan en su interior
una desoladora sensación de sentirse absolutamente vacías, sin ánimos de hacer
nada y totalmente desmotivadas; a la par de sentir también una intensa tristeza
o desasosiego y se les presentan ideas asociadas con la muerte.
¿Cómo afectan las crisis existenciales a las personas?
Las crisis existenciales
tienen un
profundo impacto emocional en la vida de una persona, afectándola en todos
los niveles.
Conceptos elementales como:
los valores, los objetivos propuestos, las motivaciones vivenciales, las
virtudes, creencias e ideas preconcebidas; entran en conflicto.
Todos los conceptos
anteriormente señalados, quedan sometidos a un proceso de reevaluación en el
cual la persona, comienza a valorarlos desde un punto de vista más profundo;
para renovarlos y asignarles el alcance con que ella se sienta satisfecha y a
gusto.
Es importante señalar que no
todas las personas que atraviesan una crisis existencial, la experimentan del
mismo modo.
Hay, por ejemplo, quienes la
viven durante períodos muy cortos de tiempo; enfocándose en etapas específicas
de sus vivencias.
Del mismo modo, hay personas
que se
les va la vida cavilando al respecto; sin poder darle aparentemente
una solución o desenlace a la problemática interna que agobia su existencia de
forma directa.
En cuanto a la edad, tampoco
existe un patrón definido que indique la propensión a padecer de una crisis
existencial. Esta puede experimentarse entre los 20 y los 60, sin que esto sea
condicionante.
En realidad, la crisis existencial obedece más a momentos de toma de decisiones, conflictos personales y otras situaciones por el estilo.
Cristian Agustín Alderete
Cristian
Alderete es especialista en modificación de Conducta en Niños y Adolescentes,
Orientación Vocacional y Psicoterapia Individual.