Existe un consenso
universal de que nadie es perfecto. Todos aceptamos la máxima de que “errar es
humano”.
La Biblia nos dice que “todos
pecaron” y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23) A pesar de
este veredicto, sobre las limitaciones de los humanos, nuestra cultura, dominada
por el humanismo, persiste en creer que el pecado es periférico o tangencial a
nuestra naturaleza, pero de algún modo pensamos que nuestra maldad reside en la
periferia de nuestro carácter, apenas lo roza y nunca puede penetrar a nuestro interior.
Se supone, básicamente, que las personas son inherentemente buenas.
La Biblia nos enseña la
total depravación de la raza humana. La depravación total significa la
corrupción radical. Debemos de tener cuidado de observar que existe entre la
depravación TOTAL y la depravación COMPLETA. Ser completamente depravados es
ser tan malos como es posible ser. Hitler era extremadamente depravado, pero
podía haber sido peor.
Yo soy un pecador. Pero
podría pecar más a menudo y mis pecados podrían ser más graves que los que peco
en realidad. No hago cosas completamente depravadas pero si soy totalmente
depravado. La total depravación significa que yo y todos los demás somos depravados
o corruptos en todo nuestro ser. No hay ninguna parte de nosotros que no haya sido alcanzada p0r el
pecado. Nuestras mentes, nuestras voluntades y nuestros cuerpos se han visto afectados
por el mal. Hablamos cosas pecaminosas, desarrollamos acciones pecaminosas,
tenemos pensamientos impuros. Nuestros propios cuerpos padecen los estragos del
pecado.
Posiblemente la expresión
CORRUPCION RADICAL sea más feliz que la expresión “DEPARAVACION TOTAL” para describir
nuestra condición caída. Utilizo la palabra RADICAL no tanto como sinónimo de “extremo”
sino en el sentido de su significado original.
La palabra “radical” proviene
de la palabra latina que significa “raíz”. Nuestro problema con el pecado es
que está radicado en el centro de nuestro ser. Cala en lo profundo de nuestros
corazones. Debido a que el pecado está en el fondo de nuestro ser y no
simplemente en el exterior de nuestras vidas es que la Biblia nos habla en
Romanos 8:10-12. Por causa de esta condición se escucha el veredicto de la
Escritura en Efesios 2:1, Romanos 7:14 y Efesios 2:3. Solamente el poder vivificador
del Espíritu Santo puede sacarnos de este estado de muerte espiritual. Es Dios
quien nos vuelve a la vida mientras nos convierte a la vida mientras nos convierten
hechura suya. (Efesios 2:1-10)
Resumen
- El humanismo considera que el pecado se
encuentra en la periferia de la vida humana y considera que el hombre es
básicamente bueno. El cristianismo bíblico enseña que el pecado
cala hasta lo más profundo de nuestras vida. La depravación total no significa la depravación
completa. No somos tan malos como podríamos ser. La corrupción radical subraya la pecaminosidad
que alcanza hasta lo más profundo de nuestros corazones.
Pasajes bíblicos para la reflexión
-
Jeremías17:9
-
Romanos 8:1-11
-
Efesios 2:1-3
-
Efesios 4:17-19
-
1 Juan 1:8 -10
Compilado