Referencia:
- ¿Dios existe?
- Argumentos por la existencia de Dios
-Daniel Vicente
- Ateismo en nuestro tiempo, Ignace
Lepp.
- De Karl Marx a Jesucristo, Ignace
Lepp.
- Man's Search for Ultimate Meaning - Viktor E. Frankl
- Persona y Acción, Karol Wojtyla
- Dios inconciente, Unconscious God,
Victor Frankl, (Psiquiatra judío de la escuela vienesa, sobrevivió el campo de
concentración Nazi)
"Se comienza no creyendo en nada
y se acaba por creer cualquier cosa". -Chesterton
El término "ateísmo" se
aplica a muy diferentes filosofías y creencias. A los primeros cristianos se
les acusó de ser ateos por negarse a dar culto a los dioses.
El nombre de ateísmo abarca fenómenos
muy diversos. Una forma frecuente del mismo es el materialismo práctico, que
limita sus necesidades y sus ambiciones al espacio y al tiempo. El humanismo
ateo considera falsamente que el hombre es "el fin de sí mismo, el
artífice y demiurgo único de su propia historia". Otra forma del ateísmo
contemporáneo espera la liberación del hombre de una liberación económica y
social para la que "la religión, por su propia naturaleza, constituiría un
obstáculo, porque, al orientar la esperanza
del hombre hacia una vida futura ilusoria, lo apartaría de la construcción de
la ciudad terrena". -Catecismo #2124
El ateísmo puede ser práctico o
teórico.
Siglo XVIII. La negación total de la existencia de Dios es
un fenómeno del ateísmo moderno que surgió en la civilización occidental con la
Ilustración. (Movimiento filosófico y literario del siglo XVIII caracterizado
por la extremada confianza en la capacidad de la razón natural para resolver,
sin ayuda de Dios, todos los problemas de la vida humana). El hombre,
deslumbrado por los avances en la ciencia y en el saber, pensó que no hay otra
realidad sino la material.
Cambios masivos en la política y en la
sociedad originados con la Revolución Francesa (1789) llevaron a un sentido de
emancipación que rechaza la religión. La Iglesia era percibida como
"reaccionaria". Los movimientos independentistas del continente
americano en este siglo fueron profundamente influenciados por esta mentalidad.
Siglo XIX. El ateísmo filosófico
produjo el "ateísmo humanista" (creencia en la capacidad y el valor
del hombre sin Dios).
-Ludwig Fuerbach (m.1872): La
conciencia humana es auto-conciencia y Dios no es más que la proyección de la
especie humana.
-Karl Marx (m. 1883): La actividad
fundamental del hombre es la sensual y esta florece en la práctica revolucionaria.
La religión es el resultado de contradicciones en el mundo económico y social
que deben ser destruídas por la revolución. De ese modo se eliminará a Dios que
es una alienación. La filosofía de Marx inspiró las
revoluciones comunistas que, comenzando por Rusia, han producido regímenes de
terror en diversas partes del mundo.
-Friedrich Nietzche (m.1900): La
realidad central del hombre es la ambición del poder. Dios es un factor que
limita que el hombre se desarrolle en el Uber-mensch (super-hombre). Anunció la
realidad cultural de la muerte de Dios: "La creencia en el Dios de los
cristianos ya no es creíble". Al final del siglo XIX el ateísmo
definía a Dios como "anti-humano".
Siglo XX.
-Sigmund Freud (m.1939): Aunque técnicamente se consideraba agnóstico,
también percibía al Dios providencial como una "proyección de edipo"
de la debilidad humana que busca la figura del padre protector y amenazante.
Complejo de Edipo: En el
psicoanálisis, inclinación sexual del hijo hacia el progenitor del sexo contrario,
acompañado de hostilidad hacia el del mismo sexo. Refiriéndose a las niñas
suele llamarse complejo de Electra.
Freud rechazó todo lo que no se
pudiese someter al laboratorio. Sin embargo nunca se tomó el interés de
investigar los milagros, por ejemplo, las curaciones acontecidas en el
santuario de Lourdes. Prefirió rechazar estos milagros a pesar de que habían
sido confirmados por respetables médicos. Quiso establecer sus teorías a
espaldas de Dios y, lamentablemente, este prejuicio ha tenido una gran
influencia en las ciencias sociales desde el siglo XX.
Los filósofos existenciales
-Jean-Paul Sartre (m.1980) perciben a
Dios como una contradicción y una limitación intolerable a la auténtica
libertad humana. Antes de morir se abre a Dios.
-Los positivistas dicen que todo lo
que se diga sobre Dios es tontería.
En los últimos 300 años del milenio,
ha ido creciendo vertiginosamente el número de los que se denominan ateos o
agnósticos. Muchos otros, llevados por una total indiferencia, ni siquiera
toman una posición ante Dios. Esta tendencia ha tenido profundo impacto en la
cultura y ha engendrado lo que Juan Pablo II llama "la cultura de la
muerte": la negación del valor intrínseco de la vida humana.
"Muchos de nuestros
contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión íntima y vital con Dios
o la rechazan explícitamente, hasta tal punto que el ateísmo debe ser
considerado entre los problemas más graves de esta época". -Catecismo #
2123
Posición de la Iglesia
Rechazar la existencia de Dios es un
pecado contra el Primer Mandamiento. (Catecismo en #2123).
San Pablo encuentra culpabilidad en la
posición atea: En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia;
pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo
manifestó.
Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a
la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma
que son inexcusables; porque, habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes
bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció:
jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves,
de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una
impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad
de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del
Creador, que es bendito por los siglos. Amén. (Romanos 1,18-25)
Catecismo de la Iglesia Católica sobre
el ateísmo:
2125 En cuanto rechaza o niega la
existencia de Dios, el ateísmo es un pecado contra la virtud de la religión. La
imputabilidad de esta falta puede quedar ampliamente disminuida en virtud de
las intenciones y de las circunstancias. En la génesis y difusión del ateísmo
"puede corresponder a los creyentes una parte no pequeña; en cuanto que,
por descuido en la educación para la fe, por una exposición falsificada de la
doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social,
puede decirse que han velado el verdadero rostro de Dios y de la religión, más
que revelarlo".
2126 Con frecuencia el ateísmo se funda en una
concepción falsa de la autonomía humana, llevada hasta el rechazo de toda
dependencia respecto a Dios. Sin
embargo, "el reconocimiento de Dios no se opone en ningún modo a la
dignidad del hombre, ya que esta dignidad se funda y se perfecciona en el mismo
Dios". "La Iglesia sabe muy bien que su mensaje conecta con los
deseos más profundos del corazón humano".
Los creyentes también somos culpables
si damos mal ejemplo o falsificamos la doctrina.
Las Encíclicas sobre justicia social
han condenado el ateísmo práctico de la explotación económica y la injusticia
social. Esta enseñanza ha sido incorporada al Catecismo:
2424 Una teoría que hace del lucro la
norma exclusiva y el fin último de la actividad económica es moralmente
inaceptable. El apetito desordenado de dinero no deja de producir efectos
perniciosos. Es una de las causas de los numerosos conflictos que perturban el
orden social. Un sistema que "sacrifica los derechos fundamentales de la persona
y de los grupos en aras de la organización colectiva de la producción" es
contrario a la dignidad del hombre. Toda práctica que reduce a las personas a
no ser más que medios con vistas al lucro esclaviza al hombre, conduce a la
idolatría del dinero y contribuye a difundir el ateísmo. "No podéis servir
a Dios y al dinero" (Mt:6:24; Lc.16: 13).
2425 La Iglesia ha rechazado las ideologías
totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al "comunismo"
o "socialismo". Por otra parte, ha rechazado en la práctica del
"capitalismo" el individualismo y la primacía absoluta de la ley de
mercado sobre el trabajo humano. La regulación de la economía por la sola
planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su
regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social,
porque "existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser
satisfechas por el mercado"[160]. Es preciso promover una regulación
razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa
jerarquía de valores y con vistas al bien común.
El Concilio Vaticano II trata sobre ateísmo en
La Constitución Dogmática; en La Iglesia en el Mundo Moderno #19-21.
POSICIÓN CATÓLICA